LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y LA EDUCACIÓN: UN BINOMIO POSIBLE




Elaborado por Laura Mendoza Ortiz

Morduchowicz, R. (2001). Los medios de comunicación y la educación: un binomio posible. Revista Iberoamericana de Educación, N° 26. España: pp. 97-117. Recuperado de https://rieoei.org/historico/documentos/rie26f.htm

En este texto la autora Roxana Morduchowicz nos plantea la relación que ha mantenido la escuela con los medios de comunicación, en específico con la televisión. Dicha relación ha enfrentado el dilema de cómo incorporarla a educación y la negativa de algunos sectores para integrarla.
La escuela ha mantenido en las últimas décadas una relación complicada con los medios de comunicación, los cuales, innegablemente forman parte de la vida de los jóvenes, además de que son agentes tanto de formación como de socialización junto con la escuela y la familia.
Los medios de comunicación han modificado la manera en la que se aprende, en la que se construye el saber y en la forma de conocer. Dado el impacto que tienen los medios en la escuela, ¿Cuál sería la relación que debería existir entre ambos agentes?
Lo que plantea la lectura es que se deben integrar y re-significar la cultura de los estudiantes, aceptando con ello el lugar que ocupa la televisión y los demás medios de comunicación, aceptando tanto la influencia que ejercen como los aprendizajes y saberes que dotan a los niños y jóvenes.
Valorar a los medios de comunicación como lo que son, agentes educativos y aceptar éstos influyen en el aprendizaje de los niños y adolescentes, el cual constituye una mezcla entre razón, emoción, información y representación, es necesario porque además de enseñar contenidos, también enseñan comportamientos de la vida cotidiana, por ejemplo, comer con cubiertos.
Aunado a lo anterior, la autora menciona que se requiere que la relación de los jóvenes con los medios de comunicación sea estudiada tomando en cuenta las diferencias sociales. Este ámbito es importante porque, al ser poco explorado,  existe desconocimiento de la influencia del contexto social y cómo es que éste afecta.
Y es que, los consumos culturales tienen un significado diferente según se pertenezca a un determinado nivel social. Por ejemplo, en los sectores populares, la televisión es el principal acompañante de los niños y jóvenes, porque es el único medio de distracción, lo cual se refleja en un déficit lúdico.
En este sector de la sociedad, la televisión además de formar parte de los rituales familiares (comer, hacer tarea, reunirse, etc.), es decir, forma parte de la intimidad familiar, también contribuye a la construcción del papel social que desempeñarán porque, constituyen el puente de comunicación que les permite conocer un mundo al que no pueden acceder.
A diferencia de la función compensatoria que tienen los medios de comunicación en las clases populares, en las clases más favorecidas, aunque los niños y jóvenes si recurren a éstos para distraerse, también cuentan con el acceso a otros bienes culturales como el teatro, cine, deportes, etc.
Finalmente la autora menciona que independientemente de la clase social a la que se pertenezca, lo que es innegable es que los medios de comunicación influyen en los jóvenes y niños. Ante esta afirmación, es que ahora lo esencial es centrarse en conocer qué tipos de saberes se adquieren.
Los saberes que adquieren son de dos tipos, cognitivos y sociales. Los primeros tienen que ver con contenidos que les servirán para la escuela o conocimientos acerca de temas específicos, los segundos están relacionados con los modos de comportarse, con las normas sociales.
A pesar de que es innegable que los medios de comunicación proveen de conocimientos, la escuela se ha mostrado renuente hacia ellos. Existe desconfianza por parte de los educadores por considerar que la influencia de los medios es negativa, por eso, muchos de los profesores deciden ignorarlos.
Ante esta dificultad, el texto plantea que la escuela debe convertirse en un lugar de investigación y crítica que acepte la influencia de los medios, pero que apele a una relación crítica que permitan conocer, explorar, comprender y analizar la manera en que los medios de comunicación impactan en la construcción de la representación de la realidad cotidiana.
Para incorporar a los medios de comunicación como objetos de estudio y conocimiento dentro de la escuela, se requiere de un diálogo donde la escuela acepte que ya no es el único lugar donde se concentra la información que los jóvenes reciben y que muchos de los saberes lo obtienen de los medios de comunicación.
Articular ambos campos, el de la educación y el de los medios de comunicación ayudará a construir nuevos paradigmas que integren ambas disciplinas y que ayuden a elaborar estrategias comunes.

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